Color primario, el opuesto del violeta; caliente y luminoso, de echo es el más brillante, aun más que el blanco. Estimula la mente y la creatividad, ayuda en el trabajo y cuando necesitamos inspiración; contraindicado para descansar, dormir y desconectar el cerebro. Dona optimismo y alegría. Es el color del sol, nuestra fuente de luz y calor, que permite a la tierra de germinar. También se asocia con el celo y la envidia.
La profundidad del mar (y de las emociones), el infinito del cielo, un color que anula los límites y transmite una sensación de paz y libertad. Color primario y frío, el opuesto del rojo; capaz de ralentizar y placar; puede calmar un alma hiperactiva, le da serenidad y predispone a la relajación. El color del recogimiento, la introspección y el dialogo íntimo con nuestro interior.
Del latín "Albus". El opuesto del negro. En Occidente indica pureza, inocencia, sinceridad, paz, bondad, honestidad. En Oriente lo asocian con el luto.
Es un color que definitivamente no se utiliza en cromoterapia. Es un blanco sucio y no es un negro perfecto.
El opuesto del oro, color frío. Es el color de la Luna que nos fascina con sus secretos y nos intriga en las noches estrelladas. Tiene las mismas propiedades del blanco, pero en la plata se manifiestan más rápida e intensamente, se dirigen más al interior.
Uno de los colores primario, el opuesto del azul y del índigo; cálido, dinámico, ligero y volátil como el fuego. Acelera y potencia la energía, enciende las emociones. Símbolo del amor pasional, es el color del día de San Valentín, pero también de la cólera, la fuerza y la violencia. Muy útil frente la tristeza, la depresión, la timidez, la cobardía. En la época moderna se utiliza para indicar peligro.
Curiosamente, la asociación de los colores con los géneros es reciente. Hasta el siglo XIX se prefería utilizar el blanco para los bebes, sin distinción de género, porque era más fácil de lavar. Con la llegada del siglo XX, las cosas han cambiado y se decidió que el rosa era color de niño y el azul de niña. Eso porque el rosa deriva del rojo con un poco de blanco, obteniendo así un color fuerte, demasiado fuerte para una niña, a la que era mejor poner el azul por su suavidad. El cambio definitivo llegó después de la Segunda Guerra Mundial y con el Feminismo, cuando las madres que seguían este movimiento, empezaron a utilizar el rosa para las niñas. Este evento marcó el cambio definitivo de los dos colores y desapareció el blanco como color unitario para ambos géneros. Actualmente se considera el rosa como el color de la suavidad, del amor inocente, de la dulzura, la gracia y la elegancia.
En cromoterapia es un color que no se utiliza porque representa las hojas caídas al suelo en otoño y entonces la muerte. Claramente es el color de la tierra, fundamental para la vida en nuestro planeta, pero su gran importancia no significa que las vibraciones de este color tienen que tener propiedades especiales en el equilibrio psico-físico y energético de nuestro cuerpo.
Color caliente que se obtiene mezclando rojo y amarillo; es el opuesto del azul. Siendo el rojo un color fuerte, en personas sensibles puede ser percibido como agresivo. En estos casos se puede utilizar el naranja, que ofrece las propiedades del rojo pero muy atenuadas por el delicado amarillo. Es el color del sol al atardecer, el momento más romántico del día, donde podemos disfrutar de un calor delicado. Es especial para estimular el apetito, así que si como yo adoras la buena comida..... es mejor que no pintes la cocina de este color!
Es el opuesto del blanco, es imposible introducirlo en la cromoterapia. Se le suele atribuir un significado negativo, de vacío, oscuridad, incognito y es el color del luto (en Occidente). Pero creo que hay otras perspectivas desde las cuales se puede observar este color y llegar a apreciarlo. Si el blanco se presenta tan claro porque refleja todos los colores del espectro de la luz, el negro se ve tan oscuro porque los absorbe completamente, junto con sus propiedades. Es el color de la tierra quemada, el momento mejor por ella porque la ceniza es una elevada fuente de nutrimiento. En un tejido o una joya es un color muy útil porque permite valorizar cualquier color que se le ponga en contraste.
El opuesto de la plata, color caliente, conectado con Ra (el Dios egipcio del Sol) y Helios (el Dios griego del Sol). Tiene propiedades muy parecidas a las del amarillo, pero son más intensas, más volátiles, con una duración más larga y se manifiestan más rápidamente.
Se obtiene mezclando un poco de amarillo al azul y presenta por eso una interesante mezcla de propiedades relativa a ambos los colores. No influye en el intelecto tanto como el amarillo, pero sí promueve la intuición y, con la influencia del azul, permite también mirar hacia la profundidad de nuestra alma. Representa un buen equilibrio entre mundo exterior y mundo interior, extroversión e introspección. Ayuda a sacar emociones y sensaciones ocultas y a analizarlas con mente fría y tranquilidad.
Es el color neutro: ni caliente, ni frío, en el arcoíris se encuentra exactamente en medio entre rojo, naranja, amarillo (calientes) y azul, violeta, índigo (fríos). Por eso tiene el poder de equilibrar los excesos: enfría el calor y calienta el frío, acelera la inmovilidad y placa la hiperactividad, tranquiliza un ánimo irrequieto y despierta un alma con baja energía. Su única contraindicación es en la depresión en la que es más apropiado el rojo o, si rechazado, el naranja.
Un color especial por su composición, que es una mezcla del rojo y del azul, colores opuestos en sus propiedades. Así que acoge en sí dos extremos cuales el frío del azul y el calor del rojo. También se opone al amarillo (el color del intelecto) siendo el violeta el color de la espiritualidad. Nos pone en conexión con el lado energético y sutil de la vida. Entonces nos ayuda a encontrar el equilibrio entre actividad y pasividad, propulsándonos hacia la espiritualidad, que necesita un alma estable y armónica.